Navidad

regalos para todos!

La Navidad es una de esas pocas fiestas de consumo globales.  De hecho imaginemos comparaciones absurdas pero bien inetensionadas de lo que significa la fiesta de navidad para la economía mundial, y veremos que un Juego Olímpico, un Mundial de Fútbol, una final de la NBA o cualquier Grand Slam queda completamente fuera de competencia al lado de la celebración anual navideña.  Global como pocas, las fiestas navideñas hace tiempo saltaron del calendario religioso al calendario general mundial para volverse inevitables.

Para la época se realizan los debates sobre si en realidad debemos evitarle un tono comercial a una fiesta religiosa o si debemos quitarle la carga religiosa a esta verdadera fiesta del consumo.  Este 2008 el debate llegó a una importante universidad donde un grupo propuso cambiarle el nombre a la fiesta por el de Festival de Luces para ya evitar esa dicotomía entre los lo cristiano y lo general.

Y entre villancicos y reguetones, entre cantos gregorianos y canciones de las mil versiones de Jingle Bells, entre bailes, fuegos artificiales y discotecas a tope esperando turistas para la fecha especial, el mundo empieza a ver en las vidrieras que llega la navidad desde casi un mes y medio antes.

Algunos gobiernos municipales, estatales y nacionales, comienzan el gasto de decoración: una guirnalda por aquí, bolas por allá, decoración de faroles y muchas cuentas que no cierran pero que hacen suspirar de aire navideño a los paseantes.

A todo esto se suma la lotería navideña y las ilusiones de miles que piensan salvarse por azar, o por un milagro de navidad echo números.  El Gran premio de navidad sin duda cambiara la vida de un puñado, de un puñado de arena en la inmensidad de una playa que deberá volver al día siguiente a su cruda realidad apenas motivados por la revancha de la lotería de año nuevo o la lotería de Reyes.

Y así como las grandes empresas se regocijan imaginando las ventas de esos pocos días del año, muchos salen mano extendida a las calles para pronunciar la famosa frase "Me da algo para mi navidad".  Hacer la navidad es toda una costumbre arraigada a su modo en cada uno de los habitantes del globo.  Hacer la navidad con ofertas y grandes ventas o hacer la navidad recibiendo más monedas de caridad que de costumbre aprovechando el clima sensible de estas fechas.

De hecho tan es así que noticias como estas nos sorprenden año a año.  En la navidad 2008 las autoridades filipinas tomaron una medida drástica: simplemente prohibirla para los pedigüeños. Felicitar por las navidades en el aeropuerto de Manila ha sido prohibido este año por las autoridades para intentar evitar que a los visitantes les saquen unas monedas o billetes con el tradicional "Feliz Navidad".  Pero cuidado, no hablamos de los que buscan caridad por ser desclasados o por estar en situación de calle, sino de los mismos trabajadores aeroportuarios. "La directiva busca prevenir que el personal del aeropuerto y los funcionarios de seguridad soliciten dinero y obtengan otros impuestos de los pasajeros" según la versión del diario Manila Standard Today.

El Merry Christmas 2008 se oirá en todos los idiomas, el Rockefeller Center tendrá sus luces, los centros comerciales abrirán 24 hs., la bebida y comida correrán como ríos,  las familias se reunirán se quieran o no se quieran y los canales de TV atacaran con sus programaciones navideñas que van de maratones solidarias a películas de romanos.

Otra Navidad, navidad 2008, la navidad de la despedida de Bush, la navidad de la crisis financiera, la navidad de un aumento descomunal del desempleo, la navidad de la angustia por lo que nos deparará el año nuevo, la navidad de Obama, de Benedicto XVI, de Ingrid Betancourt en su casa, de muertes en oriente y occidente, de un mundo que es muy diferente al de la navidad pasada pero a la vez no tan distinto.

Y en todo el mundo, la intención de "hacer la navidad" para poder aprovechar un momento en que el mundo esta sensible, esta gastando y esta regalando y esta pensando en dónde y cómo celebrarlo.